Cuando se sobrevive a múltiples dificultades, puede pasar que se encuentre una manera de funcionar que a veces puede ser rígida y repetitiva. Sin ignorar las ventajas de eso, las personas pueden sentirse atrapadas porque necesiten mayor flexibilidad y libertad de elegir, o que algunas personas significativas de su entorno las empujen en esta dirección.
Las modalidades rígidas de funcionar, con su coste para la vida cotidiana e interpersonal se pueden definir como trastornos de personalidad. Hay distintos tipos, clasificados en 10 categorías, segun el DSM V (APA, 2013), y organizados en 3 clúster (conjuntos).
Cluster A – Conductas bizarras o excéntricas:
- Trastorno Paranoide de Personalidad
- Trastorno Eschizoide de Personalidad
- Trastorno Eschizotipico de Personalidad
estos trastornos presentan incomodidad en entornos sociales, retiro social y pensamientos retorcidos.
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Clúster B – Conductas dramáticas, emocionales o desreguladas:
- Trastorno Limite de Personalidad
- Trastorno Narcisistico de Personalidad
- Trastorno Histriónico de Personalidad
- Trastorno Antisocial de Personalidad
Estos trastornos presentan dificultad en el control de los impulsos, en la regulación emocional y en la percepción de si mismo.
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Cluster C – Conductas ansiosas o inhibidas:
- Trastorno Evitativo de Personalidad
- Trastorno Dependiente de Personalidad
- Trastorno Obsesivo-Compulsivo de Personalidad
Estos trastornos presentan altos niveles de ansiedad, inhibición social, sentimientos de inadecuación y una hipersensibilidad a las evaluaciones negativas.
Se pueden enfrentar con la psicoterapia cognitivo constructivista, también y sobretodo a través del refuerzo de las funciones metacognitivas, con consecuente función regulatoria respeto a las emociones y a las activaciones neurofisiológicas, y también a través del dialogo socrático o herramientas de la terapia cognitivo-conductual. El trabajo de desarrollo de la conciencia y del conocimiento de si mismo y de los “esquemas interpersonales disfuncionales” (modales fijos y repetitivos de funcionar en las relaciones) resulta central, así como el desarrollo de una mayor empatía y recepción hacia la propia manera de funcionar, para poder construir con el terapeuta otros que se puedan sumar.