Cuando se repiten múltiples experiencias definidas “traumáticas” (ver Trastorno Post-Traumatico) se pueden experimentar síntomas disociativos y desarrollar un Trastorno Disociativo. La disociación es una respuesta adaptativa al abuso y al descuido, un mecanismo a través del cual el sistema sobrevive, pero al mismo tiempo la traumatización genera psicopatología (Gonzalez, Mosquera, 2012). En particular implica una fragmentación interna, definida compartimentación, y estados de desconexión y desactivación, definidos detachment (Liotti e Farina, 2011). El funcionamiento de la persona parece dividido en partes del sí, aunque sea un mismo sistema nervioso, y esto suele ser percibido a través de episodios de amnesias, confusión o conflictos internos. A veces se pueden escuchar voces en la cabeza que no se reconocen como propias, a veces hasta experimentar algo parecido a las alucinaciones visivas. Si te pasa de tener emociones muy intensas que llevan a conductas muy extremas y te parece de no poderlas controlar, o a veces las olvidas, podría ser útil preguntarse si estas viviendo con este tipo de trastorno. El compartir la teoría de la Disociación Estructural para entender los mecanismos de protección y las estrategias de funcionamiento suele ser útil, junto a la construcción de herramientas (somáticas, emocionales, cognitivas y concretas) para la comprensión y el manejo más presente y consciente de la vida cotidiana. Las personas que padecen de este trastorno suelen tener muchos recursos escondidos, de los cuales a veces no se dan cuenta, asi que sera parte del proceso terapéutico reconocerlos y reforzarlos.