A menudo el sufrimiento se expresa a través del cuerpo. Cuando tenemos un síntoma somático, siempre es útil realizarse un chequeo médico. Si no existe una causa biológica, podemos considerar que en este malestar están involucradas nuestras emociones, sensaciones, pensamientos y activaciones fisiológicas internas. Por esta razón es conveniente la intervención psicoterapéutica orientada a la comprensión y a la regulación de las mismas.
Lo que resulta particularmente terapéutico a menudo es darle atención al síntoma y trabajar con su función estabilizante y/o comunicativa (y no solo con aquella desestabilizante y/o silente), para poder introducir otras herramientas de regulación, que puedan aliviar al paciente y también a su cuerpo.
El impacto sintomatológico de algunas enfermedades autoimmunes (incluidas las enfermedades reumáticas y dermatológicas) puede reducirse también a través de algunas herramientas de la psicoterapia de la Disociación Estructural, así como el EMDR y la terapia Sensoriomotriz.