Un evento puede ser definido “traumático” cuando hay dos ingredientes: la percepción de una amenaza para la propia vida y el sentido de impotencia, frecuentemente conectada con una imposibilidad real de protegerse.
Existen traumas situacionales (ej. terremotos, a veces accidentes), que no incluyen otras personas, traumas interpersonales (accidentes, guerras, torturas, violencia, violencias sexuales) y traumas del apego, que involucran personas significativas para quienes los sufren (violencias familiares, abusos, neglect). Todos estos eventos, o la combinación de algunos, tienen generalmente un impacto sobre el sistema humano y sobre su mundo interno de emociones, pensamientos, y sensaciones somáticas.
Si se trata de un único evento se puede desarrollar el trastorno de estrés post-traumático, caracterizado por síntomas intrusivos como pesadillas, flashbacks, sensaciones, emociones, pensamientos e imágenes que emergen en el presente de forma brusca y molesta. También podemos tener una reactividad marcada como hipervigilancia, problemas de concentración, problemas en el ritmo del sueno, evitación persistente de estímulos asociados al trauma, alteraciones de pensamientos, emociones, sensaciones fisiológicas y sentido de si.
Las intervenciones mas frecuentes que las lineas guia internacionales ¿directrices internacionales? aconsejan para el tratamiento del trastorno de estrés post traumático son el EMDR y la terapia Sensomoriotriz.
Cuando los eventos son múltiples y repetidos, se puede desarrollar un trastorno disociativo.